El queso es algo más que un alimento, es un placer. Y es que podemos descubrir, en sus diferentes variedades, un mundo de aromas, texturas y sabores deliciosos.

El queso es un alimento que cuenta con miles de años de antigüedad. Se dice que se descubrió en el Neolítico al ver que, de forma accidental, la leche que tenían almacenada se cuajaba y que el sabor resultante era muy agradable.

Desde entonces el queso se ha convertido en un alimento que no falta en ninguna casa. Pues queda bien en cualquier plato o elaboración culinaria y es un aperitivo delicioso que nunca falla sobre todo maridado con uvas, frutos secos o con un buen vino tinto.

En nuestro país sobre todo, somos muy aficionados al queso. España es uno de los países del mundo con mayor número de Denominaciones de Origen en quesos. Y es un producto que está muy ligado a nuestra cultura y nuestra gastronomía.

También, hay que descartar, que además de su irresistible sabor, este alimento es muy completo y saludable y nos aporta numerosos beneficios para nuestra salud.

propiedades del queso

Propiedades del queso

El queso comparte la mayoría de las características nutricionales de la leche, por lo que es una fuente importante de calcio, proteínas, grasas y vitaminas.

Fuente de calcio: El queso es uno de los alimentos con mayor cantidad de calcio. Mineral muy importante para formar y mantener los dientes y los huesos sanos. Por eso es tan importante que el queso esté presente en la dieta de los niños.

Rico en proteínas: El queso es rico en proteínas, superando incluso a la leche. La cuales son básicas para el sistema muscular, pues ayudan a formar, recuperar y mantener la masa corporal.  

Fuente de vitaminas: Las vitaminas que aporta el queso son las vitaminas A y D, que ayudan al cuerpo a absorber el calcio y a mantener los huesos y los dientes sanos. El queso también es rico en vitaminas B12, B9 (ácido fólico), B1 (tiamina) y B2 (riboflavina).

Grasas: Las grasas que contiene el queso son de origen animal, conocidas como grasas saturadas. Por eso se recomienda un consumo moderado. La cantidad diaria de queso recomendada ronda los 30 g.

Tipos de quesos y todos sus beneficios

Debido a las propiedades que tiene el queso, los beneficios de comer queso son los siguientes. Seguro que muchos de ellos no los conocías, ¡vamos a descubrir qué te aporta el queso a tu organismo!

Beneficios del queso

1. Mantiene nuestros huesos fuertes y sanos: Debido a su alto contenido en calcio, el queso es muy beneficioso para los huesos.

En las primeras etapas de vida nos ayuda a formar nuestros huesos y a asegurar un correcto crecimiento. Y a medida que avanza nuestra edad, cada vez se hace más importante el haber consumido calcio a lo largo de nuestra vida para tener una buena densidad ósea y prevenir la osteoporosis.

2. Previene las caries: El consumo de queso ayuda a reducir y prevenir las caries, además de prevenir la desmineralización del esmalte. Pues tiene importantes propiedades anticaries, reduce la placa bacteriana y mantiene nuestra boca limpia de forma natural.

3. Bueno para embarazadas: El queso contiene una gran cantidad de ácido fólico, imprescindible para el embarazo. Además, favorece la producción de leche materna en las mujeres embarazadas.

4. Fortalece el sistema inmunológico: Comer queso aumenta nuestras defensas contra las enfermedades gracias a sus vitaminas A y D

5. Cuida nuestra piel: El gran contenido en vitamina B del queso hace que nuestra piel tenga mejor aspecto.

6. Ayuda a formar y recuperar la masa corporal: Su contenido en proteínas lo hace un alimento perfecto para deportistas o personas que quieran ganar peso de forma saludable. Las proteínas del queso son usadas por nuestro organismo para formar nuestros músculos y también son necesarias para mantener nuestra masa muscular.

7.Útil para los intolerantes a la lactosa: A medida que un queso es curado y llega a niveles de añejo va perdiendo su contenido de lactosa. Lo que hace los intolerantes a la lactosa lo puedan comer y puedan tener el aporte de calcio que necesitan. 

tipos de quesos

Tipos de quesos que puedes encontrar

Existen más de 2000 tipos de quesos en todo el mundo. Cada clase de queso tiene un sabor y unas características completamente diferentes y es lo que hace que cada queso sea único. Muchos de ellos casan a la perfección con el jamón ibérico de bellota y todas sus propiedades.

A continuación, vamos a clasificar y a diferenciar los distintos tipos de quesos según la materia prima que se ha utilizado, su textura y por supuesto, el tiempo de maduración que se ha empleado.

Estas diferentes clasificaciones nos ayudarán a conocer mejor los diferentes tipos de quesos y poder elegir con mayor criterio nuestro favorito.

Comenzaremos nuestra clasificación por su materia prima, la leche.

Quesos según el origen de la leche

Quesos de leche de cabra: Los quesos de leche de cabra son quesos cremosos, blandos y con un fuerte olor y sabor. En los años de sequía la leche es mucho más potente dando lugar a unos quesos extraordinarios. Y si llueve mucho las cabras consiguen comer más pasto y esto da lugar a quesos llenos de aromas y sabores. Este tipo de leche es, por lo tanto, la materia prima idónea para conseguir elaborar unos quesos dignos de recordar.

Quesos de leche de vaca: Los quesos que se elaboran con leche de vaca son más ricos en calcio que los demás.  Generalmente son quesos suaves, cremosos y con matices gustativos sorprendentes. Pues cada raza aporta un sabor distinto.

Quesos de leche de oveja: Los quesos hechos con leche de oveja son por lo general quesos cremosos y aromáticos, de textura suave y de color más tirando a marfil. Contienen un mayor nivel de grasas y de vitaminas que el resto, ya que es un tipo de leche muy nutritiva, con pinceladas y matices en sabor muy agradables.  El queso de oveja más representativo es el queso Manchego.

Mezcla de leches: Los quesos también pueden ser elaborados mediante una combinación de diferentes leches.

Clases de quesos en función del proceso de maduración

Otra forma muy común de clasificar los quesos es por su tiempo de maduración. Pues este tiene mucho que ver con su sabor, su aroma, su textura y su consistencia.

Queso freso: El queso fresco es de textura blanda, no está curado, y tiene un mayor porcentaje de agua y menor porcentaje de grasa, por lo que apenas aporta calorías.  Pero también es el que menos tiempo dura y el que se deteriora más fácilmente. Por tanto, debe ser consumido en un corto periodo de tiempo.

Queso tierno: Los quesos tiernos pasan por un periodo de curación muy corto, de 15 a 30 días. También tienen alta cantidad de agua, menos grasa y se deterioran fácilmente.  El queso tierno pasa por una etapa de curación corta. Que dura menos de un mes.

Queso semicurado: Estos tipos de quesos tienen un periodo de maduración que oscila entre los 2 y los 3 meses. Lo que ya permite que la pasta se asiente y que los aromas de la leche fluyan. Por tanto, tienen un sabor más fuerte y una textura más dura que los anteriores, pero sigue siendo poco calórico.

Queso curado: Cuenta con un periodo de maduración de entre los 4 y 7 meses, tiene muy poca agua y es muy graso. Su sabor es fuerte. Estos quesos se endurecen, los aromas fortalecen su presencia y la textura se vuelve más recia y resistente. Se trata por tanto de quesos con una interesante personalidad.

Queso viejo: El queso viejo es aquel que tiene un periodo de maduración que supera los 7 meses. Esta variedad de queso tiene un sabor más intenso, un menos contenido de agua y su textura se suele romper con facilidad. Es el favorito de los más queseros y consigue sorprender desde el primer mordisco.

Queso añejo: Con una maduración que se acerca a los 9 meses, cuenta con una fuerte personalidad que delieta a los más queseros.

queso añejo

Tipos de quesos según su textura

En base a la consistencia o textura de los quesos se clasifican en semiduros y duros. Y para cada textura hay un tipo de corte que se considera el idóneo para facilitar su cata e incluso mejorar su sabor.

Textura semidura:  La mayoría de los quesos pertenecen a este grupo. Son consistentes, pero se pueden cortar sin romperse. Para estos, el mejor corte es en cuña fina para que se puedan apreciar mejor los matices.Otra técnica de corte utilizada, sobre todo para quesos curados, es a daditos. Los cuales no deben ser demasiado grandes, pues han de comerse de un solo bocado.

Textura dura: Son de masa dura pero poco consistente, pues debido a su poca cantidad de agua se rompen con facilidad como por ejemplo es el caso de los quesos viejos y añejos. Para ellos, el mejor tipo de corte sería en virutas o lascas. Para ello se puede hacer uso de un pelador de verdura por ejemplo.

Para finalizar, hay que destacar que cada vez más los apasionados de este alimento se están decantando por elegir antes quesos artesanos que quesos industriales. Pues son quesos elaborados de forma más natural, con materia prima de calidad y mimando cada pequeño detalle del proceso de elaboración.

Dando como resultado quesos donde se aprecian, de forma mucho más notable, sus texturas, sus aromas y sus sabores llenos matices. Como por ejemplo el queso artesanal de cabra curado con romero o queso artesano curado de oveja con miel y orégano.

queso curado de oveja con miel y romero

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